Criminólogo advierte sobre la erosión de la seguridad en Panamá debido al crimen organizado
La violencia y el crimen organizado están cobrando un alto precio en Panamá, dejando a su paso una estela de muerte y temor que está erosionando la seguridad y el bienestar de la sociedad. En un solo fin de semana, ocho personas perdieron la vida a manos de la violencia armada, siendo la mayoría jóvenes entre 18 y 27 años.
El criminólogo Marco Aurelio Álvarez señala que la pérdida de valores fundamentales y la expansión del crimen organizado son factores clave que están alimentando esta ola de violencia en el país. Ejemplos recientes, como el asesinato de un estudiante en la sede regional de la Universidad de Panamá y el ataque en el sector 4 de Samaria en San Miguelito, ponen de manifiesto cómo la violencia ha penetrado incluso en espacios considerados seguros como las instituciones educativas.
La falta de oportunidades laborales, la desigualdad económica y social, así como la corrupción y la debilidad institucional, son factores que contribuyen al aumento del crimen organizado y la violencia en Panamá. La desesperanza y la falta de alternativas viables empujan a muchos jóvenes hacia las pandillas y el crimen organizado en busca de ingresos y reconocimiento social.
La proliferación de armas ilegales también juega un papel crucial en la escalada de la violencia. La facilidad con la que se pueden obtener armas de fuego alimenta los conflictos y enfrentamientos, tanto entre pandillas como contra las autoridades, creando una cultura de violencia y poder basada en la intimidación y el miedo.
En este contexto, es fundamental que las autoridades tomen medidas efectivas para combatir el crimen organizado y la violencia en Panamá. La aplicación de la ley, la lucha contra la corrupción y la promoción de oportunidades de desarrollo para los jóvenes son aspectos clave para revertir esta peligrosa tendencia y restablecer la seguridad y el bienestar de la sociedad panameña.