Desafíos en la implementación del Memorando de Entendimiento entre Estados Unidos y Panamá para repatriaciones masivas
La puesta en marcha del Memorando de Entendimiento entre Estados Unidos y Panamá para iniciar un plan de repatriaciones masivas aún no ha despegado. Según el director de Migración de Panamá, Roger Mojica, aún faltan dos o tres meses para ver el primer vuelo partir.
El pacto bilateral para frenar la crisis migratoria no parece ser tan masivo como se planteó inicialmente. Antes de repatriar a un migrante, se requiere su consentimiento, y Estados Unidos también necesita tiempo para hacer contrataciones. Muchos migrantes atraviesan la peligrosa selva del Darién sin saber a lo que se enfrentan, y algunos piden regresar a su país una vez llegan a Bajo Chiquito.
Además, se necesita coordinación diplomática con el país de destino, lo que puede retrasar el proceso. Se deben resolver cuestiones como dónde permanecerá el migrante hasta ser repatriado y quién cubrirá los gastos temporales. Panamá gasta aproximadamente $100 millones al año en tratar con miles de migrantes irregulares.
El flujo de migrantes depende de diversas condiciones, como el clima, la situación en Venezuela y la violencia en otros países. Se han implementado medidas para controlar los puntos de ingreso a Panamá y evitar el tráfico de personas.
Roger Mojica expresó su preocupación por las consecuencias ecológicas de los flujos migratorios en la selva de Darién, destacando el impacto en el bosque tropical húmedo. Se busca establecer un corredor humanitario para minimizar la migración y se está trabajando en mejorar las biometrías para obtener más información sobre los migrantes.
En resumen, la implementación del Memorando de Entendimiento entre Estados Unidos y Panamá para repatriaciones masivas aún enfrenta varios desafíos y retrasos. Se están tomando medidas para controlar la migración y proteger el medio ambiente en la selva de Darién.